No recuerdo exactamente el episodio, y no lo tengo en mi colección de DVD de los Looney Tunes, pero es un ejemplo perfecto del humor súper surrealista de los dibujos de la Warner.
Silvestre sube a su cuarto dispuesto a descansar. Me parece que es uno de esos capítulos tipo de "terror", donde el pobre gato es perseguido por toda una casa encantada o con un maniático o alguna variante parecida. Abre las sábanas y abajo de ellas se encuentra a si mismo en versión infantil, que le estira la mano, y con voz dulce y gangosa (imagínense un maullido) le ofrece: "¿Cigarrillos?"
¿Por qué, en una historia de terror cómico, aparece tu álter ego ofreciéndote cigarrillos abajo de las sábanas?
Silvestre se enoja y lo saca. Pero es un gato. Su sexto sentido le advierte de algo. Levanta la almohada y ahi, reclinado y descarado como los de su especie, está otro gato. Lo que no recuerdo con claridad es si éste está fumando o no, y si le ofrece más cigarrillos a Silvestre o no.
¿Acaso no es esto digno de análisis?
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