jueves, 4 de marzo de 2010

Vivir para siempre

Han sido casi siete meses desde que Oasis se separó, y no he dicho nada al respecto aquí fuera de comentarlo ocasionalmente con mis amigos, los cuales, conocedores de mi afición, me han preguntado ya algunas veces qué pienso de que se haya separado mi grupo favorito.

Bueno, que ya era hora.

No es que se estuviesen volviendo malos (los dos últimos discos son bastante buenos, sobre todo Don't believe the truth), pero la cuestión es que en esto de ser rockstar, hay como una medida de hasta qué punto tu actitud es congruente y después de ese es ridículo seguir manteniendo cierta clase de shows.

Los hermanos Gallagher nunca han querido ser Lennon o McCartney, a pesar de las constantes acusaciones en ese sentido. Al menos no comparten la visión estetizante de la música de McCartney, ni el radicalismo activista de Lennon. Hasta donde puedo ver, lo que más abrevaron de las Ola Inglesa (aparte, obviamente de su sonido) fue la actitud de rockstar juveniles, descarados y peligrosos.

Prácticamente cada delito en el libro del rockstar fue perpetrado por los Gallagher, en especial Liam. Desde el rockerísimo acto de destrozar un cuarto de hotel (Keith Moon es acreditado con la invención del numerito), la rivalidad entre hermanos (que hemos visto desde los Elverly Brothers hasta los legendarios hermanos Davies de los Kinks) y las sobadas agresiones a la prensa y a otros músicos. La trayectoria de Oasis es como un expediente delictivo juvenil aderezado por fama, dinero, rock n' roll y harta cerveza y cigarrillos.

Nunca me han caído mal, debo decirlo. Siempre me fascinaron las historias locas en torno a ellos que sacaban en MTV (cuando MTV se trataba de, ya saben, música), y el primer video que vi de Oasis tal vez sea el mejor que hicieron: "Stand By Me", del Be Here Now. A muchos les fastidian por infinidad de razones: son repetitivos, copiones, conformistas, payasos, violentos, borrachos, malos músicos, etcétera etcétera etcétera... y aunque muchas de esas cosas tinen un trasfondo de razón, me parece que simplifican las cosas demasiado. ¿Quién no puede oir "Live Forever" y pensar que ese es el sueño de todo rockstar (y, por ende, de 95% de los hombres y 60% de las mujeres)?

Me dan hueva los grupos que se eternizan en sus roles autoimpuestos como "salvadores" o "símbolos" del rock. Estoy hablando de U2 y su fama basada en monstruosos shows y en lo que la consciencia de Bono esté ocupada en ese momento particular de la semana. Estoy hablando de los Rolling Stones entonando sus viejos himnos sesenteros y despojándolos de su valor icónico al traslaparlos con su irónica imagen de dinosaurios sagrados. O del mismo Paul McCartney dejando a un lado su enorme sensibilidad y talento para la composición y la melodía (seriamente, es uno de los mejores músicos en la historia del rock) para refugiarse en las seguras aguas de la complacencia y el reciclaje.

Oasis rara vez innovó algo, su música tiene altibajos notorios de un disco a otro, y se puede incluso argumentar que su meteórico ascenso a la fama en los noventa fue el resultado de muchas circunstancias afortunadas (principalmente, una fuerte dosis de "estar en el lugar correcto en el momento preciso"), pero dejaron un legado importante de cualquier forma, y yo me considero afortunado de haberlos visto dos veces en vivo, y de haber presenciado los años en los que la prensa los consentía llamándolos "la mejor banda del mundo", tal vez porque ellos mismos lo decían, conscientes de que no hay sueño más corto que el de un músico con guitarra eléctrica, e hicieron todo lo posible por que ese sueño se prolongara con su actitud, sus discos y finalmente, retirándose antes de convertirse en una broma.

So, Live Forever. And don't look back in anger.

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