sábado, 6 de marzo de 2010

Oscaritos

Cuando ganó Heath ledger el Oscar al mejor actor por interpretar al Joker en Dark Knight, debo confesar que me emocioné. Sin embargo, no es la clase de emoción que sientes al ver al equipo que le vas ganar el campeonato, o cuando acabas un trabajo bien hecho y los demás te lo reconocen. Fue simple emoción nerdosa de ver que el mito de Batman es lo bastante poderoso y duradero como para garantizarle un reconocimiento póstumo a uno de los mejores actores de su generación

Como sea, hace mucho que no entiendo cuál es la expectación cada año. De chamaco me emocionaba ver la ceremonia, como ya dije, con el morbo de ver lo inalcanzable. En 1994, yo ya había visto en video tanto Pulp Fiction como Forrest Gump. Me gustaba Forrest Gump (hey, era un escuincle, y a todos los escuincles les gustan las historias "bonitas"), pero ver Pulp Fiction en VHS me cambió la vida. No la entendí en su momento, pero DEMONIOS tenía todo: sangre, risas, diálogos excelentes, tomas geniales, y la música ruleaba. Y Forrest Gump, bueno... es una película bonita, revisionista de la historia de los gringos y etc etc etc.

Escribo este rant medio incoherente porque, como todos saben, mañana es noche de Oscares. Y, en estos meses, hemos visto la campaña mercadotécnica por Avatar, que según algunos les ha cambiado la vida, a pesar de ser "same ol' shit, this time in 3-D". He escuchado a gente que considero inteligente y crítica decir que vale la pena verla simplemente porque "se ve preciosa". Y, regresando a la campañita que se ha hecho a su favor, muchos críticos dicen "va a cambiar la forma de hacer cine" sin decir específicamente porqué. Tal vez no vieron Toy Story hace diez años.

Si ganase Avatar, sería la seña inequívoca de que el pesado de Peter Greenaway tiene razón: el cine ha muerto. La gente ya no va al cine a ver una pelicula, sino videojuegos escapistas (y lo peor, que NO SE PUEDEN JUGAR) cuyo mayor mérito es que tienen gráficos más avanzados que un PS3. Un movimiento mediático sin precedentes se ha encargado de poner a esta película completamente anodina en el mismo nivel de joyas del cine Pop como Star Wars, Raiders of the Lost Ark o la trilogía de Lord of the Rings. Y lo peor es que Cameron ya amenazó con hacer una serie de TV, libros, juguetes, y demás, cimentando el status de su cinta como una franquicia para la Generación Y, ambientalismo y multiculturalismo hipócritas incluido (me pregunto si alguien salió del cine pensando "demonios el imperialismo sucks" y no "OMG viste cuando volaban OMG se veía genial!"). La celebración de los que están acostumbrados al HD, al dolby digital y a una realidad tan "aburrida", "gris" y "sin emoción" que literalmente se darían un tiro si alguien los sentase a ver Citizen Kane, Casablanca o Happiness, por mencionar una movie en color.

Ya espero los rants acostumbrados en los comments (si es que dejan) pero sinceramente, que hueva los que salgan a defender Avatar. Les diré que sí, que su movie es muy bonita, adiós y muchas gracias por su opinión. Usted es de las personas que sólo puede aguantar ver una historia de indígenas siendo oprimidos cuando tiene un final feliz, estereotipa a toda clase de nativos como hippies abraza-árboles (que encima NECESITAN que llegue un forastero que se convertirá en el mejor de ellos, como es el sueño de todo colonizador) y pasa en otro planeta con el que no puede identificarse (ni siquiera existe) porque, demonios, es muy difícil hacer una movie en, ya saben, EL MUNDO REAL, donde BAD SHIT HAPPENS y por tanto, nadie debería estar interesado (como de verdad pasa).

Esto se alarga, y realmente sólo quería rantear hoy, porque neta, estoy harto de oír de Avatar. Gente diciendo las mismas cosas, una y otra vez, y en realidad, nadie se da cuenta que una película importante, del tamaño de Pulp Fiction hace diez y séis años, que REALMENTE cambie la forma de narrar películas y de entender la cultura de una época, porque el cine, a final de cuentas, es un arte narrativo, no ha salido. Y el mismo chiste no mejora sólo porque cada vez que lo cuentes lleves un traje diferente. Los Oscares deberían servir de pretexto para los cineastas en pensar cómo hacer que el cine siga siendo cine y no un escaparate para las capacidades de la última versión de Maya.

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