Éste era un muchacho (supongan, once años), cuya madre estaba preocupada por el 2012.
- Es que primero lo dijeron los Mayas, y también Nostradamus, y...
El niño, que no era tonto y sí curioso por naturaleza y buen razonador, se preguntaba de qué iba toda aquella perorata sobre el año 2012.
Así que como cualquier escuincle moderno (estamos hablando, supongan, del 2011) se metió a Internet y encontró de todo, como lo que decía su mamá: desde la Biblia hasta las galletas de la suerte.
Todo indicaba como "hora en que se acaba la fiesta" el 2012.
Pero como dije, éste era un chamaco curioso. Las palabras "fin del Mundo" no le aterraban. Se le hacía ridícula la idea de que el mundo se acabara de un plumazo en el 2012. Nadie sabe la fecha en que se va a morir. ¿Cómo vamos a saber la del planeta?
Se puso a buscar si alguien sabía la fecha de caducidad de la Tierra. Encontró que sí la hay, pero dentro de mucho tiempo, sin cifra exacta, cuando el sol se expanda en una gigante roja y devore los planetas interiores. Pero era posible incluso que ni siquiera la humanidad estuviera ahí para ser "exterminada" por esa gigantesca esfera de fuego.
Y de lo que pudiera pasar antes... cosas estrellándose en la Tierra, un supervolcán emergiendo en medio de América, todo eso parecía improbable y predecible. Hasta que encontró algo que si lo hizo pensar.
Lo contrario del Big Bang.
Lógico. Así como lógico es que pudiera pasar en cualquier instante. Y nadie estaría preparado. Como apagar la luz. Bang.
Si el mundo se podía acabar el instante (y no sólo el mundo, el universo), entonces era ridículo esperar una fecha determinada, razonó. Por tanto, cada quien debía hacer su vida normal.
- Madre, el mundo se puede acabr en cualquier momento - anunció a media cena.
Su madre lo miró con curiosidad y el tenedor con arroz y albóndigas a medio camino de la boca. El chamaco se irguió con aire solemne.
- Lo leí hace ratito. Ya no te preocupes por el 2012 porque segurito no pasa nada. Hay algo que se lla...
Oscuridad, y átomos haciendo la última mala broma de la existencia.